miércoles, 12 de marzo de 2008

VIRTUDES CHOIQUE

(CUENTO DE JOQUÍN DURÁN)
Había una vez una escuela en medio de las montañas. Los chicos que iban a aquel lugar a estudiar, llegaban a caballo, en burro, en mula y en patas.
Como suele suceder en estas escuelitas perdidas, el lugar tenía una sola maestra; una solita, que amasaba el pan, trabajaba una quintita, hacía sonar la campana y también hacía la limpieza.
Me olvidaba: la maestra de aquella escuela se llamaba Virtudes Choique.
Era una morocha más linda que el 25 de mayo. Y me olvidaba de otra cosa: Virtudes Choique ordeñaba cuatro cabras, y encima era una maestra llena de inventos, cuentos y expediciones. (Como ven, hay maestras y maestras).
Esta del cuento, vivía en la escuela. Al final de la hilera de bancos, tenía un catre y una cocinita. Allí vivía, cantaba con la guitarra, y allí sabía golpear la caja y el bombo.
Y ahora viene la parte de los chicos.
Los chicos no se perdían un solo día de clase. Principalmente, porque la señorita Virtudes tenía tiempo para ellos. Además, sabía hacer mimos, y de vez en cuando jugaba al fútbol con ellos. En último lugar estaba el mate cocido de leche de cabra, que Virtudes servía cada mañana. La cuestión es que un día Apolinario Sosa volvió al rancho y dijo a sus padres:
- ¡Miren, miren...! ¡Miren lo que me ha puesto la maestra en el cuaderno!
El padre y la madre miraron, y vieron unas letras coloradas. Como no sabían leer, pidieron al hijo que les dijera; entonces Apolinario leyó:
- "Señores padres: les informo que su hijo Apolinario es el mejor alumno".
Los padres de Apolinario abrazaron al hijo, porque si la maestra había escrito aquello, ellos se sentían bendecidos por Dios.
Sin embargo, al día siguiente, otra chica llevó a su casa algo parecido.
Esta chica se llamaba Juanita Chuspas, y voló con su mula al rancho para mostrar lo que había escrito la maestra:
- "Señores padres: les informo que su hija Juanita es la mejor alumna".
Y acá no iba a terminar la cosa. Al otro día, Melchorcito Guare llegó a su rancho chillando como loco de alegría:
- ¡Mire, mamita...! ¡Mire, Tata...! La maestra me ha puesto una felicitación de color colorado, acá. Vean: "Señores padres: les informo que su hijo Melchorcito es el mejor alumno".
Así los cincuenta y seis alumnos de la escuela llevaron a sus ranchos una nota que aseguraba: "Su hijo es el mejor alumno".
Y así hubiera quedado todo, si el hijo del boticario no hubiera llevado su felicitación. Porque, les cuento: el boticario, don Pantaleón Minoguye, apenas se enteró de que su hijo era el mejor alumno, dijo:
- Vamos a hacer una fiesta. ¡Mi hijo es el mejor de toda la región!. Sí. Hay que hacer un asado con baile. El hijo de Pantaleón Minoguye ha honrado a su padre, y por eso lo voy a celebrar como Dios manda.
El boticario escribió una carta a la señorita Virtudes. La carta decía:
-"Mi estimadísima, distinguidísima y hermosísima maestra: el sábado que viene voy a dar un asado en honor de mi hijo. Usted es la primera invitada. Le pido que avise a los demás alumnos, para que vengan al asado con sus padres. Muchas gracias. Beso sus pies, Pantaleón Minoguye; boticario".
Imagínense el revuelo que se armó.
Ese día cada chico voló a su casa para avisar del convite.
Y como sucede siempre entre la gente sencilla, nadie faltó a la fiesta. Bien sabe el pobre cuánto valor tiene reunirse, festejar, reírse un rato, cantar, saludarse, brindar, y comer un asadito de cordero.
Por eso, ese sábado todo el mundo bajó hasta la casa del boticario, que estaba de lo más adornada. Ya estaba el asador, la pava con el mate, varias fuentes con pastelitos, y tres mesas puestas una al lado de la otra.
En seguida se armó la fiesta.
Mientras la señorita Virtudes Choique cantaba una baguala, el mate iba de mano en mano, y la carne del cordero se iba dorando.
Por fin, don Pantaleón, el boticario, dio unas palmadas y pidió silencio.
Todos prestaron atención.
Seguramente iba a comunicar una noticia importante, ya que el convite era un festejo.
Don Pantaleón tomó un banquito, lo puso en medio del patio, y se subió. Después hizo ejem, ejem, y sacando un papelito leyó el siguiente discurso:
-"Señoras, señores, vecinos, niños. ¡Queridos convidados! Los he reunido a comer el asado aquí presente, para festejar una noticia que me llena de orgullo. Mi hijo, mi muchachito, acaba de ser nombrado por la maestra, doña Virtudes Choique, el mejor alumno. Así es. Nada más, ni nada menos...".
El hijo del boticario se acercó al padre, y le dio un vaso con vino. Entonces el boticario levantó el vaso y continuó:
-"Por eso, señoras y señores, los invito a levantar el vaso y brindar por este hijo que ha honrado a su padre, a su apellido, y a su país. He dicho".
Contra lo esperado, nadie levantó el vaso. Nadie aplaudió. Nadie dijo ni mu.
Al revés. Padres y madres empezaron a mirarse unos a otros, bastante serios. El primero en protestar fue el papá de Apolinario Sosa:
-Yo no brindo nada. Acá el único mejor es mi chico, el Apolinario.
Ahí nomás se adelantó colorado de rabia el padre de Juanita Chuspas, para retrucar:
-¡Qué están diciendo, pues! Acá la única mejorcita de todos es la Juana, mi muchachita.
Pero ya empezaban los gritos de los demás, porque cada cual desmentía al otro diciendo que no, que el mejor alumno era su hijo. Y que se dejaran de andar diciendo mentiras.
A punto de que don Sixto Pillén agarrara de las trenzas a doña Dominga Llanos, y todo se fuera para el lado del demonio, pudo oírse la voz firme de la señorita Virtudes Choique.
-¡Párense...! ¡Cuidado con lo que están por hacer...! ¡Esto es una fiesta!
La gente bajó las manos y se quedó quieta.
Todos miraban fiero a la maestra. Por fin, uno dijo:
-Maestra: usted ha dicho mentira. Usted ha dicho a todos lo mismo.
Entonces sucedió algo notable. Virtudes Choique empezó a reírse loca de contenta. Por fin, dijo:
-Bueno. Ya veo que ni acá puedo dejar de enseñar. Escuchen bien, y abran las orejas. Pero abran también el corazón. Porque si no entienden, adiós fiesta. Yo seré la primera en marcharme.
Todos fueron tomando asiento.
Entonces la señorita habló así:
-Yo no he mentido. He dicho verdad. Verdad que pocos ven, y por eso no creen. Voy a darles ejemplo de que digo verdad:
"Cuando digo que Melchor Guare es el mejor no miento. Melchorcito no sabrá las tablas de multiplicar, pero es el mejor arquero de la escuela, cuando jugamos fútbol...
"Cuando digo que Juanita Chuspas es la mejor no miento. Porque si bien anda floja en Historia, es la más cariñosa de todas...
"Y cuando digo que Apolinario Sosa es mi mejor alumno tampoco miento. Y Dios es testigo que aunque es desprolijo, es el más dispuesto para ayudar en lo que sea...
"Tampoco miento cuando digo que aquel es el mejor en matemáticas... pero me callo si no es servicial.
"Y aquel otro, es el más prolijo. Pero me callo si le cuesta prestar algún útil a sus compañeros.
"Y aquella es peleadora, pero escribe unas poesías preciosas.
"Y aquel, que es poco hábil jugando a la pelota, es mi mejor alumno en dibujo.
"Y aquella es mi peor alumna en ortografía, ¡pero es la mejor de todas a la hora de trabajo manual!
"¿Debo seguir explicando? ¿Acaso no entendieron? Soy la maestra y debo construir el mundo con estos chicos. Pues entonces, ¿con qué levantaré la patria? ¿Con lo mejor o con lo peor?
Todos habían ido bajando la mirada. Los padres estaban más bien serios. Los hijos sonreían contentos.
Poco a poco cada cual fue buscando a su chico. Y lo miró con ojos nuevos. Porque siempre habían visto principalmente los defectos, y ahora empezaban a sospechar que cada defecto tiene una virtud que le hace contrapeso. Y que es cuestión de subrayar, estimular y premiar lo mejor.
Porque con eso se construye mejor.
Cuenta la historia que el boticario rompió el largo silencio. Dijo:
-¡A comer...! ¡La carne ya está a punto, y el festejo hay que multiplicarlo por cincuenta y seis...!
Comieron más felices que nunca. Brindaron. Jugaron a la taba. Al truco. A la escoba de quince. Y bailaron hasta las cuatro de la tarde.

Aporte del Lic. Carlos Iñon

Para cambiar la educación es necesario cambiar a los educadores

Entrevista al Psiquiatra Claudio Naranjo "Para cambiar la educación es necesario cambiar a los educadores" –
(El diálogo remite a la realidad de Chile, pero bien calza en el marco de Argentina)
Tags: educación , espiritualidad , naranjo , gestalt

- ¿Cómo se interesó en el tema de la educación?
- Creo que cuando se me encomendó el primero de los libros que escribí, "La única búsqueda". El Stanford Research Institute (SRI) me pidió que revisara todas las técnicas contemporáneas de desarrollo humano tanto surgidas del mundo de la terapia como en el de la espiritualidad y de la educación, en busca de ciertos principios comunes. Esto fue escrito en los 60, cuando estábamos en medio de esa proliferación de escuelas que se asocia con el nacimiento de la psicología humanista. Investigando apareció muy claramente que aunque existan tres instituciones tan diversas - la que se ocupa de la salud mental, la que atiende la educación y la religiosa- , las tres son acercamientos a una misma realidad que es el desarrollo humano.
Deberíamos tener una visión más interdisciplinaria de eso. Después escribí un libro que lo llamé "La agonía del patriarcado" e incluí en él una conferencia que mepidieron en un congreso de educación holística en EE.UU. Elaborar esta conferencia me hizo reflexionar lo que había sido mi trabajo desde un punto de vista educacional.
- ¿Hacia dónde apuntaría el cambio en la educación?
- Que deje de ser un traspaso de información. Educación en un sentido amplio de la palabra es algo que propende al desarrollo de las personas, pasa por una actitud más holística. Tiene que incluir los factores afectivos. Hoy en día tendría que entrar lo espiritual a la educación - que se separó de ese ámbito con la separación del Estado y la Iglesia- no a través de una iglesia, sino a través de una visión transistémica, una actitud más universal. Y también de cierta experiencia espiritual a través de los ejercicios espirituales básicos que todas las tradiciones comparten: trabajar en las propias conductas, acercarse a lo que vagamente se llama "lo espiritual". Esto todas las tradiciones lo tienen, aunque hablen o no de un dios personificado.
- ¿Ha tenido usted experiencia en aplicar la terapia en la educación?
- Por mis cursos han pasado muchos educadores a través de estos últimos 15 años. Ellos reiteradamente me dicen cómo les cambia no sólo la vida personal sino que les da más capacidades para su trabajo. Solamente ahora en Chile estoy en una situación nueva, en donde el ministerio me está apoyando, y me ha pedido que haga un trabajo con formadores de profesores. Por primera vez estoy trabajando a ese nivel con un amparo oficial. Siento que es importante que los educadores que hacen esta experiencia no se sientan aislados, sinoque se sientan protegidos por el sistema. Incluso que hacer este curso les beneficie de alguna forma con becas.
- La reforma educacional del ministerio está apoyada por el Banco Mundial, pero usted es un crítico de la orientación del sistema educacional apoyado por este organismo. ¿Cómo encaja su visión en este esquema?
- No puedo decir que sepa profundamente qué pasa en el Banco Mundial. Por una parte hablo con educadores que me dicen que la política efectiva de lo que se hace va por esta línea de la racionalidad, de privilegiar la educación científica pasando por alto esta opción holística que es educar a la persona tomando en cuenta que no es sólo intelecto, sino cuerpo, emoción y espíritu. Por otro lado estuve en una conferencia en la Cepal y me emocionó oír al representante del Banco Mundial hablar de todas las cosas que me gustaría decir: cómo la economía tiene que humanizarse, cómo hay un abismo entre espiritualidad y economía, y que el desafío de nuestro tiempo es cerrar ese abismo. De modo que no puedo menos que darme por enterado de que hay gente en el Banco Mundial que también critica lo que actualmente seestá haciendo. Espero que esto no sea mera retórica.
- ¿Usted ha tenido contacto con profesores de aula? ¿Cuál ha sido su percepción de la actitud de ellos frente a la reforma?
- He tenido un contacto bastante íntimo con los profesores. Se supone que un profesor es una persona que ha alcanzado un desarrollo suficiente como para poder educar y no solamente ser una máquina de transmitir información. Los educadores no se sienten en esa abundancia interior, se sienten bastante raquíticos como personas, y si hablamos en términos psiquiátricos, bastante enfermos. Desean de una actividad que no sea sólo asistir a cursos sobre cómo controlar a los estudiantes. Así que ellos con mucha gratitud recibirían más de esto de lo que yo he venido a entregarles un poco.
- ¿Cuál es el método que usted propone?
- He ido refinando un método terapéutico que es muy económico. Son terapias de 10 días al año, durante 3 años sucesivos. Lo que propongo es un sistema muy poderoso. Me gustaría después de décadas de trabajar en el extranjero dejar este sistema como un legado, porque yo sé que funciona y sé que podría formar a más personas para llevarlo adelante. La idea es visitar a las principales universidades formadoras de profesores y darles diez días al año, algo que no es tan caro, para un año entero de formación.
Para cambiar la educación es necesario cambiar a los educadores; no es tanto el currículum como la persona que lo hace. Ahora se habla de las transversalidades, que mientras se enseña historia o matemáticas se están transmitiendo ciertos valores. Esto está muy bien en teoría, pero eso sólo lo puede hacer la persona que encarna esos valores.

*Publicado en El Mercurio el Domingo 25 de Febrero de 2001 bajo el título de "Naranjo versus Prozac" (La extensa versión completa aparece en el blog: http://apocaliptus.blogspot.com) http://www.igooh. com.ar/Nota. aspx?IdNota= 5825

jueves, 6 de marzo de 2008

Pasión por Enseñar

Hay tantas clases de clases como clases.
Una de ellas es la de las inolvidables: recuerdo una clase deliteratura en la que el profesor abordaba Don Quijotede la Mancha; de pronto, con un gesto vehemente abre el libro y se embarca a leernos el pasaje donde el Quijote muere.
Entonces, el profesor empieza a llorar,llora mientras lo lee, cada vez más desconsoladamente,con un último hilo de voz llega hasta el punto final. Cierra el libro, saca un pañuelo, se recompone un pocoy dice: "Hemos perdido a un gran hombre".
En el aula no vuela una mosca, fascinados por la escena. Después íbamos a enterarnos de que en todos los cursos este profesor repetía la misma escena dellanto emocionado en el mismo pasaje del libro. Era supequeño y pícaro aporte para que nos interesásemos porla literatura.

Hay tantas clases de escuelas como escuelas.
Un padre me comenta, asombrado, que en la escuela de su hijo no le permiten que vaya con el pelo largo.Cuando se acerca a hablar con la directora para defender el derecho de su hijo a tener el cabello como guste, ella le explica que es por el tema de la pediculosis. Al padre no le parece muy razonable la respuesta, siendo que las chicas sí pueden llevar el pelo largo, y le plantea que, en todo caso, su hijo puede atárselo.
En fin, señor, termina confesando ladirectora, ocurre que no queremos acá chicosanormales.

Hay tantas clases de docentes como docentes.
Una profesora me cuenta esta experiencia personal: en una prueba escrita descubre a una alumna con las manos debajo del banco, se acerca y le encuentra su machete escondido. No se enoja, no le grita, no hace público el hecho, no la pone en evidencia frente a suscompañeros, no la expone para que el resto escarmiente; en el más absoluto silencio le retira la hoja y le pone un 1. Días después, le toma el recuperatorio y, ya al final de la hora, vuelve a descubrir a la chica con las manos debajo del banco. Se acerca, resignada, y encuentra que lo que escondía esta vez su alumna era un ramito de jazmines. Son para usted, le dice, y se lo entrega junto con el examen terminado y con la mayoría de los puntos bien resueltos.
Todo chico valora ser respetado, me comentala profesora, todo chico merece ser respetado. Porque son chicos, y están aprendiendo.

Hay tantas clases de chicos como chicos.
Unicos e irrepetibles, cada uno con su mochila de problemas yde talentos; a lo mejor, la escuela debería esforzarse por contemplarlos en particularidad, para que cada uno desarrolle lo que tiene para desarrollar, también único e irrepetible, más allá de lo que indican los programas con sus objetivos tan generales.

Hay tantas clases de pasiones como pasiones.
La pasión por enseñar es una de ellas, y da la casualidad de que es esta pasión la que puede despertar la pasión por aprender.

Hay tantas clases de comienzos como comienzos, ojalá sea éste un comienzo de clases totalmente apasionado para todos los docentes y para todos los chicos.

Por Mex Urtizberea
Para LA NACION
http://www.lanacion .com.ar/opinion/ nota.asp? nota_id=991379

domingo, 2 de marzo de 2008

La Transformación de la Educacion

Excelente reportaje realizado por Eduard Punset al psicopatólogo de la sociedad, el chileno Claudio Naranjo en donde se pone el acento en los aspectos emocionales y espirituales del proceso de aprendizaje natural y en la relación personal y transformadora que ocurre en dicho proceso.


http://www.youtube.com/watch?v=GLJTBct5pZ0&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=nFrooBH85Xs&feature=related


Donde habla de educar para la felicidad, de formacion de educadores desde una vision holistica e integral como nuevo paradigma indispensable para el enseñar-aprender de hoy.